Una gran verdad del branding: no necesitas gustarle a todo el mundo. Ni deberías. Las marcas que quieren caerle bien a todos acaban siendo tan genéricas como una camiseta blanca. Correctas, pero olvidables.
Tu marca necesita personalidad. Necesita un público claro, una postura, una forma de hablar, un estilo visual. Todo eso hace que conectes con quienes sí te eligen, porque se sienten identificados. No te hace menos universal: te hace más memorable. A nadie se le queda grabada una marca tibia. Pero sí aquella que se atreve a decir: “esto soy yo, y esto no”.
En La Idea Creativa ayudamos a marcas que quieren definirse con claridad. Que saben que no hace falta gustarle al 100% si el 10% que te ama es justo el cliente ideal. Porque cuando te diriges a todos, no conectas con nadie. Y conectar es el principio de cualquier relación de confianza (y también de venta).
No se trata de excluir por capricho, sino de incluir con intención. De saber a quién le hablas, con qué tono, qué valores compartes. Esa claridad, además de tranquilidad, genera comunidad. Porque cuando tu mensaje es claro, quien no se sienta identificado se irá… y eso está perfecto.
Así que ya sabes: no te frustres si tu marca no es para todos. Eso significa que está bien enfocada. Y eso, es buena señal. Porque si tu marca se parece a ti, atraerá a quienes deben estar contigo. Y eso, querido lector, es branding del bueno.